Desde el inicio de la guerra en Gaza, Estados Unidos no había emitido un reproche público a Israel de esta magnitud, y condicionó el apoyo a la ofensiva israelí a la adopción de medidas concretas para abordar la seguridad de los trabajadores humanitarios y los civiles palestinos.
El presidente estadounidense, Joe Biden, pidió un alto el fuego inmediato en una conversación telefónica con el primer ministro Benjamin Netanyahu, tras el ataque israelí a un convoy de la organización benéfica World Central Kitchen esta semana, en el que murieron siete cooperantes.
Dejó claro que la política de Estados Unidos con respecto de Gaza estará determinada por su evaluación de la acción inmediata de Israel sobre estas medidas.