Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, sigue adelante con su campaña electoral a pesar de la creciente presión de su partido para que se retire. Tras un desempeño decepcionante en un debate con Donald Trump a finales de junio, que ha desmoralizado a sus seguidores, Biden mantiene su determinación de buscar la reelección.
En respuesta a los llamados de algunos demócratas que sugieren que podría ser el momento de pasar el testigo, Biden ha decidido retomar la campaña la próxima semana. El presidente, de 81 años, está convencido de que puede derrotar a Trump, como lo hizo en 2020. A pesar de las preocupaciones sobre su capacidad física y mental, Biden sigue optimista.
Desde su casa en Delaware, donde se está recuperando de COVID-19, Biden ha comunicado que su salud está mejorando y que continúa tomando medicación. Su médico ha informado que sus síntomas han mejorado significativamente.
La presión sobre Biden ha aumentado con la participación de varios congresistas demócratas que exigen que se considere a otro candidato. Entre ellos, se encuentran miembros de los grupos afroestadounidenses e hispanos, que ahora se han unido al llamado para que Biden se retire.
A pesar de las encuestas que favorecen a Trump y de la preocupación de demócratas influyentes como Barack Obama y Nancy Pelosi, Biden y su equipo siguen defendiendo su candidatura. La jefa de campaña, Jen O’Malley Dillon, asegura que Biden está decidido a seguir en la carrera.
NBC News reporta que algunos familiares de Biden han discutido la posibilidad de su retirada, aunque aún no se ha tomado una decisión oficial. La posibilidad de una salida digna está siendo considerada para evitar un caos en el partido.
En medio de esta incertidumbre, Trump ha intensificado su campaña, destacando en la convención republicana y hablando de su visión para Estados Unidos. Biden se enfrentará a un desafío significativo para mantener el apoyo del partido y enfrentar a su rival en las próximas elecciones.
La decisión de Biden en los próximos días será crucial para definir el rumbo de la campaña demócrata y la elección presidencial. La favorita para sustituirlo sería la vicepresidenta Kamala Harris, aunque la elección de un nuevo candidato no será automática y podría generar competencia dentro del partido.