El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela anunció pasada la medianoche que Nicolás Maduro ha ganado las elecciones presidenciales con el 51,2% de los votos, frente al 44,2% del opositor Edmundo González Urrutia. Con el 80% de las actas escrutadas, el CNE, controlado por el chavismo, cifró la participación en el 59% y declaró la tendencia como “irreversible”. Maduro defendió su triunfo, mientras que la oposición, liderada por María Corina Machado, rechazó los resultados alegando irregularidades en la transmisión de las papeletas. Machado describió el resultado como “un ultraje a la verdad”.
El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, solicitó la publicación de las actas “mesa por mesa” para verificar los resultados. Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, añadió que es esencial asegurar la total transparencia del proceso electoral. Estados Unidos y Chile también cuestionaron los resultados, mientras que China e Irán aplaudieron la “exitosa celebración” de los comicios. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, describió las relaciones con Venezuela como una “asociación estratégica”.
El Reino Unido expresó su preocupación por las denuncias de irregularidades en el recuento de votos y pidió la publicación de “los resultados detallados” para garantizar la transparencia. El Gobierno alemán también solicitó la publicación de las actas electorales y el acceso a todos los documentos para la oposición y los observadores. Alemania manifestó su preocupación por informes de que a la oposición se le negó el derecho a participar en el recuento de votos y el acceso a las actas electorales.
En medio de estas reacciones internacionales, Maduro celebró su victoria en un discurso a sus seguidores, afirmando que el pueblo venezolano ha hablado y que su gobierno seguirá trabajando por la estabilidad y el progreso del país. Por otro lado, María Corina Machado convocó a sus seguidores a manifestarse pacíficamente en rechazo a los resultados y exigió una auditoría internacional del proceso electoral.
Mientras tanto, la situación en Venezuela sigue siendo tensa, con diversas protestas y movilizaciones de ambos lados del espectro político. La comunidad internacional se mantiene vigilante y varios países han ofrecido mediar para encontrar una solución pacífica y democrática a la crisis política que atraviesa el país.
Esta elección ha generado una gran controversia y ha puesto de manifiesto las profundas divisiones en la sociedad venezolana, así como las tensiones internacionales en torno al futuro político del país sudamericano. La situación sigue siendo dinámica y cualquier desarrollo futuro podría tener implicaciones significativas tanto a nivel nacional como internacional.