Beetlejuice está de vuelta y más salvaje que nunca. Después de 36 años desde su primera aparición, el personaje de Michael Keaton regresa en Beetlejuice Beetlejuice, la esperada secuela dirigida por Tim Burton, que ha sacudido el Festival de Cine de Venecia. Lo que parecía un simple intento de Hollywood por exprimir la nostalgia se ha convertido en una de las sorpresas cinematográficas más gratas del año. ¿Qué puedes esperar? Una mezcla entre lo grotesco y lo hilarante, con un toque de nostalgia y un ingenioso homenaje a la cinta original.
Un Renacimiento Fantasmagórico
A pesar del largo tiempo que ha pasado desde el estreno de la original Beetlejuice en 1988, esta secuela consigue retomar la esencia macabra y caótica que cautivó a tantos, pero llevándola a otro nivel. Michael Keaton, quien luce casi igual gracias al maquillaje de cadáver de su personaje, brilla una vez más como Betelgeuse, el endiablado fantasma que hará lo que sea por escapar del inframundo.
Tim Burton ha sabido darle vida a este universo nuevamente sin caer en los clichés de la nostalgia, optando por efectos prácticos en lugar de depender del CGI. Marionetas, prótesis y cantidades absurdas de baba viscosa llenan la pantalla, agregando un toque de autenticidad que le falta a muchas producciones modernas. El resultado es una comedia de alto presupuesto que verdaderamente hace reír.
El Reencuentro del Inframundo
La trama nos lleva de vuelta a los Deetz, con Lydia (Winona Ryder) convertida en una «mediadora psíquica» y madre de una adolescente, Astrid (interpretada por Jenna Ortega), quien desprecia las habilidades de su madre. Mientras tanto, Betelgeuse ha encontrado un aburrido trabajo de oficina en el inframundo, donde sigue anhelando reunirse con Lydia.
Sin embargo, las cosas no son tan simples. La película introduce una serie de personajes y subtramas que complican la narrativa, desde una exesposa vengativa interpretada por Monica Bellucci hasta un detective de ultratumba encarnado por Willem Dafoe. Si bien la película a veces se siente sobrecargada con personajes secundarios, Burton logra mantener el caos bajo control, ofreciendo suficientes risas y momentos macabros para compensar.
Un Guiño a la Nostalgia, Pero con Propósito
Al igual que Top Gun: Maverick, la secuela de Beetlejuice aprovecha la larga brecha entre películas para crear una historia que no solo recicla elementos de la original, sino que también presenta nuevas dinámicas y conflictos. Los temas de la vejez, la paternidad y el duelo están presentes, pero siempre bajo el filtro cómico y grotesco que caracteriza el estilo de Burton.
Aunque algunos personajes de la primera película, como los fantasmas de Alec Baldwin y Geena Davis, no regresan, la película hace un buen trabajo en abordar su ausencia de manera ingeniosa, permitiendo que la nueva generación de personajes tome el centro del escenario.
Diversión Garantizada, A Pesar de sus Excesos
Si bien Beetlejuice Beetlejuice puede parecer abrumadora con su cantidad de personajes y tramas enredadas, sigue siendo un entretenido regreso a las raíces del cine extraño de Tim Burton. La mezcla de humor negro, números musicales, y efectos prácticos asegura que los fans de la original encuentren algo que disfrutar, mientras que las nuevas audiencias descubrirán por qué este fantasma ha permanecido en la memoria colectiva durante tanto tiempo.
La secuela no es perfecta—su acto intermedio puede sentirse un poco inflado y el final algo apresurado—, pero la película logra ser una de las más divertidas y extravagantes entregas del director en años. Después del desliz de Burton con Dumbo en 2019, Beetlejuice Beetlejuice marca un triunfal regreso a su estilo único y delirante.
Conclusión: Un Caos Divertido y Bienvenido
Con un elenco talentoso que incluye a Jenna Ortega, Winona Ryder, y Catherine O’Hara, y la dirección magistral de Burton, Beetlejuice Beetlejuice no solo revive a un personaje icónico, sino que lo lleva a nuevas alturas. Prepárate para una experiencia cargada de risas, asombro y el tipo de locura que solo Tim Burton puede ofrecer.