La agencia de calificación crediticia estadounidense Moody’s ha reducido su pronóstico de crecimiento económico para México en 2024, ajustando la cifra a un 1.3 por ciento debido a las crecientes tensiones comerciales entre México y Estados Unidos. Esta revisión se produce en un contexto de incertidumbre provocada por las amenazas del virtual presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha propuesto imponer aranceles de hasta el 25 por ciento a las exportaciones mexicanas, como parte de sus políticas para frenar la migración y el tráfico ilegal de drogas, particularmente el fentanilo.
En su informe titulado México ante el impacto económico de las políticas de Trump, Moody’s advierte que los aranceles pueden afectar gravemente la demanda de productos mexicanos en el mercado estadounidense, lo que, a su vez, podría generar una ampliación de la brecha comercial negativa de México, especialmente si se considera que la economía de Estados Unidos también está mostrando signos de desaceleración. El informe subraya que sectores clave como el automotriz y el agroindustrial, que dependen en gran medida del mercado estadounidense, serían los más perjudicados por esta medida.
Ante las amenazas de Trump, que incluyen una drástica subida de aranceles a productos mexicanos, la respuesta del gobierno mexicano ha sido clara y firme. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó rotundamente la propuesta, calificándola de “medida sin sentido” que afectaría negativamente a ambas naciones. Durante su conferencia de prensa en Palacio Nacional, Sheinbaum destacó que las relaciones comerciales entre los dos países deben estar basadas en la cooperación mutua y no en medidas unilaterales que solo perjudicarían la economía de ambos lados de la frontera.
En particular, la mandataria hizo énfasis en que el flujo ilegal de armas provenientes de Estados Unidos hacia México sigue siendo un problema grave, uno que requiere una atención urgente y una mayor cooperación entre ambas naciones para evitar el fortalecimiento del crimen organizado en territorio mexicano.
Por su parte, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, también se pronunció en contra de las amenazas de Trump y convocó a «cerrar filas» frente a lo que considera una acción perjudicial para ambos países. Ebrard reiteró el llamado de Sheinbaum a la unidad y aseguró que la imposición de aranceles podría ser devastadora para la economía estadounidense, ya que afectaría tanto a las exportaciones mexicanas como a los intereses comerciales de Estados Unidos. “El arancel es un impuesto y dañaría a ambos países. Encontraremos una solución”, expresó Ebrard en su cuenta de X (anteriormente Twitter), añadiendo que México no dudaría en tomar represalias si las amenazas de Trump se materializan, incluso a través de la imposición de aranceles a las importaciones provenientes de Estados Unidos.
El contexto y las implicaciones del T-MEC
Cabe destacar que el gobierno mexicano también ha señalado que las propuestas de Trump podrían contravenir lo estipulado en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el cual fue firmado en 2020 bajo la administración de Trump. Las políticas unilaterales de imposición de aranceles podrían ser consideradas una violación de los acuerdos comerciales establecidos en el tratado, lo que podría llevar a una disputa legal entre ambos países.
México es el principal socio comercial de Estados Unidos, y muchos sectores clave de la economía mexicana dependen de su acceso al mercado estadounidense. La industria automotriz, por ejemplo, representa más del 35 por ciento de las exportaciones de productos manufacturados de México, y hasta el 79 por ciento de los vehículos fabricados en el país son exportados a Estados Unidos. Un aumento en los aranceles afectaría directamente a estas industrias, lo que podría derivar en pérdidas económicas significativas para ambos países.
Las amenazas de Trump y la retórica del discurso
El futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro en sus declaraciones públicas que buscará imponer aranceles de hasta el 25 por ciento sobre las exportaciones mexicanas. A través de sus redes sociales, Trump ha expresado que el propósito de estos aranceles sería “cobrar a México y Canadá” por permitir el paso de personas que, según él, traen consigo “crimen y drogas”. Sin embargo, es importante señalar que el crimen violento en la frontera entre México y Estados Unidos ha disminuido considerablemente desde los niveles más altos registrados durante la pandemia.
La retórica de Trump, que califica de “ridículas” las fronteras abiertas, parece obviar el hecho de que el gobierno mexicano ha hecho esfuerzos significativos para controlar la migración irregular y combatir el tráfico de drogas, especialmente el fentanilo, cuyo tráfico ilícito sigue siendo una prioridad en las agendas de ambos gobiernos.
La postura de México ante la adversidad
A pesar de los desafíos que presenta la situación, el gobierno mexicano se ha mantenido firme en su postura de defensa de los intereses nacionales. La respuesta de Sheinbaum y Ebrard refleja la determinación del gobierno mexicano de buscar soluciones en un marco de respeto mutuo y cooperación, sin ceder ante políticas unilaterales que pongan en riesgo el bienestar económico y social de ambos países.
Mientras tanto, el sector privado mexicano y las autoridades federales continuarán evaluando las repercusiones de las amenazas de Trump, preparándose para tomar medidas de defensa en caso de que los aranceles sean implementados. Sin duda, esta disputa será un punto clave en la relación bilateral entre México y Estados Unidos durante la próxima administración en la Casa Blanca.